martes, 25 de enero de 2011

"TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA" Paul M. Sweezy ( II )

II.EL PROBLEMA DEL VALOR CUALITATIVO:

  1. Introducción:

Marx basa su primer capitulo de “El Capital” en hablar sobre la mercancía. Que sería todo aquello que se produce para el cambio más que para el uso del productor.
Autores anteriores a Marx como Adam Smith, asociaban directamente esta producción de mercancías con la división del trabajo. Dotándole a la misma de una posición firme dentro de los fenómenos naturales. Marx sin embargo, plantea la producción de mercancías como algo contingente que no esta ligada necesariamente al cambio.
 Este visión marxista otorga al análisis de las mercancías un valor cualitativo, frente a la visión estrictamente cuantitativa de los economistas anteriores. Es decir, detrás de las relaciones explicitas de intercambio, hay una relación específica, históricamente condicionada, entre produtores, que se analiza desde una visión cualitativa.

  1. Valor de uso:

Toda mercancía tiene un doble aspecto, el valor de uso y el valor de cambio.
 El valor de uso, es la utilidad de un determinado objeto y  es una relación entre el consumidor y el objeto consumido. Es decir, no supone directamente un relación social. Y es por ello que Marx, aunque otros economicistas no lo hallan hecho, excluye su estudio de la economía política, ya que para él, las categorías de la economía política requieren ser categorías sociales.
 Pese a esto, el valor de uso aunque no sea una categoría económica en sí misma, juega un papel fundamental en el estudio de los fenómenos económicos.

  1. Valor de cambio:

Las mercancías poseen un valor de cambio las unas en relación con las otras. Este valor es un valor cuantitativo. Y esta relación es considerada de importancia por Marx en el estudio de la economía política, porque a diferencia del valor de uso, esta si que presupone una relación social. La de los propietarios de las mercancías.
 Pero la importancia de esto va más alla, el valor de cambio de una mercancía, lo que nos muestra precisamente es la relación obligada entre todos los productores, o lo que es lo mismo la división del trabajo.

  1. Trabajo y Valor:

Marx comprendió que el valor de cambio solo tenía sentido bajo la propiedad de la mercancía. Dicha propiedad, se encuadra dentro del concepto del producto de trabajo, s decir, es tuyo porque tu lo has producido. De este modo, el trabajo sería el valor que yace oculto tras el valor de cambio.

En el análisis del trabajo, además, podríamos señalar dos aspectos. Uno sería el de trabajo util, en relación con el valor de uso. Que es todo aquel trabajo destinado a la producción de un determinado objeto al que se le quiere otorgar un valor de uso concreto. El otro sería el trabajo abstracto, en relación al valor de cambio. Pues cuando se le otorga a una mercancía un determinado valor de cambio se asume en ella cierto grado de trabajo humano en abstracto, independiente del trabajo útil real que haya detrás.

  1. Trabajo abstracto:

El trabajo abstracto es un concepto que ocupa un lugar importante en el pensamiento de Marx. Se podría emplear el término trabajo en general como sinónimo de trabajo abstracto. Cuando se habla de trabajo abstracto, quiere decir que estamos hablando del trabajo humano, sin incurrir en las diferencias que pueden existir entre un tipo de trabajo y otro.
Este término, acuñado y trabajado en profundidad pero originario de economistas clásicos como Smith, tiene un sentido total en el contexto del sistema capitalista, y Marx lo vio con total claridad. En la era capitalista, los trabajos van adquiriendo una mayor temporalidad, y este enorme grado de movilidad laboral obliga a entender el  trabajo en su conjunto, al margen de las formas que pueda adoptar en un determinado momento, lo que nos permite entender la suma de la fuerza de trabajo social en su totalidad. Que es lo realmente importante en un análisis macroeconómico sobre la capacidad productora de riqueza de la sociedad.

  1. La relación de lo cuantitativo con lo cualitativo en la teoría del valor:

Una mercancía adquiere un determinado valor de cambio basado en el gasto de trabajo abstracto del total de la sociedad que se ha llevado a cabo para la producción de la misma. Esto supone a primera vista un resultado estrictamente cualitativista, pero Marx le añade a esto el grado cuantitativo, pues el trabajo abstracto puede medirse en términos de unidades de tiempo cuantitativas.  De esta manera se relaciona el valor cualitativo on el valor cuantitativo en Marx. Así, en palabas de sweezy: Para Marx, el valor de cambio es tan sólo la “forma fenomenal” bajo la cual se oculta el valor mismo.”

  1. El carácter fetichista de las mercancías:

El análisis expuesto de las mercancías nos lleva a identificar en el valor de cambio una relación entre productores en un sistema determinado de división del trabajo. Así como la suma de fuerza de trabajo de la sociedad  como el total del trabajo particular de cada individuo. Las ideas a que esta forma de organización social da origen a menudo tienen sólo una relación remota y desnaturalizada con las relaciones sociales reales que yacen bajo ella. En su doctrina del Fetichismo de la Mercancía, Marx fue el primero en percibir este hecho y darse cuenta de su decisiva importancia para la ideología de la época moderna.

En la producción de mercancías la relación básica entre los hombres “adopta”, a sus ojos, la fantástica forma de una relación entre las cosas. Esta materialización de las relaciones sociales es el corazón y la médula de la doctrina del Fetichismo de Marx.

En los periodos anteriores de la historia, las relaciones de producción tenían un carácter personal directo, y por tanto, tal materialización de las relaciones sociales era evidentemente imposible. El fenómeno de la materialización de las relaciones sociales adquiere importancia decisiva solo cuando la producción de mercancías adquiere un desarrollo tan alto y una difusión tan grande como para dominar la vida de la sociedad. El productor individual trata con su prójimo sólo a través del mercado, donde los precios y las cantidades vendidas son las realidades sustanciales y los seres humanos no son más que sus instrumentos. Este estado de la sociedad es un estado en que el proceso de la producción tiene dominio sobre el hombre en lugar de ser controlado por él, y por consiguiente el carácter real de las relaciones entre los productores mismos es deformado y oscurecido.

Una vez que el mundo de las mercancías ha realizado por así decirlo, su independencia, y sometido a los productores a su dominio, estos últimos empiezan a mirarlo en mucho del mismo modo que ven ese otro mundo externo al cual tienen que aprender a adaptarse, el mundo de la naturaleza misma.
 La materialización de las relaciones sociales ha ejercido una profunda influencia en el pensamiento económico tradicional, y por lo menos en otros dos sentidos importantes. En primer lugar, (Valor, renta, salario, ganancia, interés, etc...) Estas categorías de la economía capitalista, han sido consideradas como si fueran las inevitables categorías de la vida económica en general, y los sistemas económicos anteriores han sido vistos como versiones imperfectas o embrionarias del capitalismo moderno y juzgadas en consecuencia. Por otro lado, la atribución de poder independiente a las cosas no es en ninguna parte más clara que en la división tradicional de los “factores de producción” en tierra, trabajo y capital, de cada uno de los cuales se piensa que “produce” un ingreso a sus propietarios. “Tenemos mistificación completa del modo de producción capitalista, la transformación de las condiciones sociales en cosas, la mezcla indiferenciada de las condiciones materiales de la producción con sus formas históricas y sociales. Es un mundo falseado, trastornado.

Marx, además añade lo siguiente para desenmascarar las repercusiones del fetichismo de la mercancía. La forma de producción de mercancías constituye el velo más eficaz posible para ocultar el verdadero carácter de clase de la sociedad capitalista. Cada quien aparece ante todo como un simple propietario de mercancías con algo que vender. Como propietarios de mercancías, todos ellos están en un plano de igualdad perfecta; sus relaciones mutuas no son las relaciones entre amo y siervo de un régimen de status personal, sino las relaciones contractuales entre seres humanos libres e iguales. El obrero no advierte que su falta de acceso a los medios de producción lo obliga a trabajar en condiciones dictadas por aquellos que tienen el monopolio de los medios de producción y que, por consiguiente, está siendo explotado para beneficio de otros, al igual que el siervo que era forzado a trabajar cierto número de días en la tierra del señor a cambio del privilegio de labrar un jirón de tierra para sí. Por el contrario, el mundo de las mercancías aparece como un mundo de iguales. El obrero enajena su fuerza de trabajo, la cual permanece opuesta a él como cualquier mercancía a su propietario. La vende, y mientras se le pague su verdadero valor, todas las condiciones del cambio honrado y justo están satisfechas. Esta es la apariencia, y quienes consideran las formas capitalitas como naturales y eternas admiten la apariencia como verdadera representación de las relaciones sociales.
La teoría del valor cualitativo con su corolario en la doctrina del Fetichismo de la Mercancía, es el primer paso esencial en el análisis marxista del capitalismo. Quien no haya entendido esto ha entendido poco del método crítico de Marx

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